RAYMOND KOPA (francia-real madrid)
Raymond
Kopaszewski, hijo de inmigrantes polacos nació en Noeux Nimes (Francia) un 13
de octubre de 1931. Dio sus primeros pasos en el Angers de la segunda división
gala y con sólo 20 años, Kopa ficha por el Stade de Reims uno de
los equipos punteros de su país a cambio de 1,8 millones de francos de la
época Allí pronto se convierte en imprescindible y en un ídolo para
la exigente afición gala.
Si hubiera
que reseñar únicamente una virtud de Raymond Kopa, ese sería su regate.
En un palmo de terreno era capaz de esconder el esférico al más ávido de los
defensas. . Delgado, no excesivamente alto y de apariencia frágil, su
inteligencia y habilidad con la pelota le hacía diferente al resto. En Reims
triunfa con unas estimables cifras goleadoras: 48 goles en 158 partidos y
cuatro campeonatos de su país.
Descubierto
en la primera final europea
Su categoría
futbolística no pasó desapercibida en el Viejo Continente y en 1956 queda
tercero en la votación del balón de Oro por detrás de Stanley Matthews y de Alfredo
Di Stéfano. Ese mismo año, pocos días antes de la final de la Copa de
Europa ficha por el Real Madrid.
A punto
estuvo de darle un disgusto a su nuevo equipo , pues fue uno de los mejores
futbolistas del Stade de Reims en la última ronda del primer torneo
continental. Finalmente, los blacos se impusieron por 4-3 en un excelente
encuentro y Kopa confirmó la imagen de gran jugador que de él se tenía
en la capital de España.
Ya en Madrid,
surgen rumores de que su llegada puede molestar a Di Stéfano, pero nada más
lejos de la realidad. Kopa era un hombre discreto y humilde que enseguida supo
el rol que debía desempeñar en la entidad de Concha Espina. Raimundo Saporta
ejerce de perfecto padrino de Kopa y le presenta a sus nuevos compañeros.
Su estreno
en la escuadra de Concha Espina fue, como mínimo, prometedor. Debutó en
la delantera blanca en un homenaje al gran Luis Molowny en el que formaría una
delantera inédita con Di Stéfano, Kubala y Collar y ante estas
estrellas de nuestra liga se ganó el respeto de la afición española.
Pronto la
estrella francesa se convierte en uno más y encandila a todos. Santiago
Bernabéu tiene la idea de que Kopa pase a ser el delantero centro del equipo y
que la Saeta pase a jugar en la banda. Después de algunos entrenamientos en los
que prueban a jugar así, sin fortuna, Di Stéfano continúa en la posición
de nueve y Raymond pasa a jugar en la derecha.
Jugando así,
ambos se compenetran como un reloj de precisión y dejan claro que son dos de
los mejores futbolistas del mundo. Cuando el Real Madrid se
quedaba sin gas y se le agotaban los recursos, se la enviaba a Kopa que, o bien
inventaba una jugada y sacaba al equipo del apuro , o retenía el cuero hasta
que sus compañeros se incorporaban desde la segunda línea. El ‘plan Kopa’
, un recurso único que en ocasiones hacía las veces de arma secreta.
El Balón de
Oro: un premio a su calidad
En su
primera temporada de blanco Kopa no defrauda y el Real Madrid gana su segunda
Copa de Europa con un buen papel del ariete galo. No obstante, 1958 sería su
año. Su aportación al nuevo campeonato europeo de los blancos fue aún más
decisiva, actuación que completaría con un excelente mundial en Suecia en
el qua auparía a la selección francesa a la tercera plaza. El propio Kopa
reconocería años después que para él ganar el Balón de Oro de ese año por
delante de su compañero de equipo y amigo Alfredo Di Stéfano fue todo un
honor.
El Madrid
era una máquina invencible de fútbol y goles y se podría decir que contaba en
sus filas con los dos mejores futbolistas del mundo. pero, ¿y el tercero? Aún
quedaban campeonatos por ganar y Bernabéu y sus hombres no descansaban nunca y
peleaban por traer a los mejores. En esas llegó Ferenc Puskas para
conformar la delantera soñada por cualquier aficionado al deporte rey.
Kopa, Rial
Di Stéfano, Puskas y Gento era la punta de ataque que presentaba el Real
Madrid en algunos partidos de la campaña 1958-1959. Absolutamente
imparables e irrepetibles. Kopa brillaría con luz propia con esos
compañero y contra todo pronóstico jugaría esa campaña sus últimos partidos con
el Real Madrid. A pesar de que el presidente le ofreció la renovación por
cinco temporadas y le quso doblar el sueldo, las ganas de regresar a su país
(“sus negocios y su mujer pesaban demasiado”, admite) provocaron que
‘Napoleón retornara a Francia, después de lograr la cuarta Copa de Europa
merengue (la tercera en su cuenta particular).
No hubo
marcha atrás y con tres Copas de Europa, dos Ligas, una Copa latina y un
Balón de Oro dejaría la disciplina blanca después de tres gloriosas
campañas en las que disputó 103 partidos oficiales en los que firmó 30 goles.
Regreso al
club de su vida
El Stade de
Reims acogió encantado su regreso y allí jugaría las ocho temporadas siguientes
(seis en Primera y dos en Segunda antes de retirarse).
una vez
apartado de la práctica deportiva, nunca duda en contar con sumo cariño como
fue su corta, pero intensa etapa en el Real Madrid. Sin duda, fueron los
mejores años de su carrera que le valieron para obtener numerosos premios y
reconocimientos, entre ellos el que le cataloga como uno de los mejores
futbolistas franceses del siglo XX. Sin embargo, a Kopa no le importan
los premios sino las personas y en un gesto que le honra en 2001 donó parte de
sus premios para una subasta cuyos ingresos se destinarían a la lucha contra el
cáncer.
Aunque sólo
estuvo tres años, en la memoria de los aficionados y quizá en la suya propia
permanece muy vivo el recuerdo de Raymond Kopa con la camiseta del Real
Madrid. Sus regates, su calidad humana y futbolística y su tremenda
aportación al juego del conjunto blanco perduran para siempre en la leyenda del
mejor club del Siglo XX.
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